sábado, 24 de septiembre de 2016

'1984', de George Orwell


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Ya está. Otro más.

Este es el libro más importante de mi vida. Yo lo considero una historia de amor.

Lo he dicho ya unas cuantas veces, pero siempre entre amigos. Cuando empecé a leerlo tenía novia, y al terminarlo, ya no. Supongo que porque soy de esas personas que se dejan influir por los libros, y porque ella no es el amor de mi vida. No era el amor en mi vida. Ella no es mala persona. No fue su culpa. Todavía recuerdo que lloré al leer la última página, en mitad de un tren semivacío en dirección a Madrid. Unas lagrimitas de nada. Todavía creía en el amor romántico. Me curó de muchas tonterías.

Más allá de esta anécdota autobiográfica, resumiré en tres puntos por qué me gustó tanto y por qué es una novela mundialmente conocida:
  1. El Gran Hermano (Hermano Mayor en esta traducción). Es ciencia ficción futurista en un contexto distópico. Se recrea muy bien la dicotomía entre la libertad y la seguridad y se argumenta con un relato histórico que sirve como argumento para "inventar" una línea histórica que parte en los años 50, después de una supuesta guerra nuclear. 
  2. La relación entre lenguaje y pensamiento. Leer a Wittgenstein mucho más tarde ha tenido mayor interés si cabe a partir de esta lectura. Cómo nuestro lenguaje configura y determina nuestra capacidad de pensamiento. No inventa un lenguaje, si no que desarrolla un lenguaje mínimo a partir del vocabulario común para restringir las posibilidades de pensamiento. El lenguaje como arma de destrucción masiva.
  3. Una historia de amor imposible. Desde la primera página el lector sabe cómo va a terminar todo, pero también el propio protagonista. Hay una parte en la que se lo repite a sí mismo una y otra vez. Y aún así, sigue un camino que no tiene ningún desvío, que no tiene más final que aquello que aspira a evitar, y que es consciente que no podrá evitar eternamente.
Desde luego, es una obra que ha dado para muchas reflexiones a lo largo de la Historia, y para algún que otro programa de televisión. Si he decidido leerlo ha sido porque aunque sea de un carácter mucho más político-social que los anteriores, sus planteamientos aún mantienen una vigencia que asusta.

Es admirable la posición del autor en un contexto polarizado en cuanto a ideologías se refiere. Es admirable su capacidad de crítica al socialismo en tiempos de Stalin, cuando criticar a un bando pasaba a significar formar parte del opuesto. Más allá de esta novela (y otras suyas que también he leído), su actitud contra la censura y la propaganda; y la crítica a los totalitarismos, sean del bando que sean, seas del bando que seas, son dos lecciones básicas para todo buen periodista o ciudadano con interés en estar bien informado.

No quiero hacer más spoiler. Sólo decir que me alegro de haber releído y vuelto a escuchar varias veces la novela. Hay libros que es bueno releerlos para refrescar los detalles y ver nuevos matices en la personalidad de los personajes, etc. En este caso, cada lectura es distinta porque aunque te lo sepas de memoria, tú eres distinto cada vez. Es imposible que atraviese tus ojos (u oídos) sin abrirte en canal.

El placer es mío.

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